EL DUELO EN LOS NIÑOS
Apuntes sobre el Tapete
1. Para recuperarnos sanamente de la pérdida de
un ser querido existen muchos factores que son importantes y nos ayudan, pero ninguno de ellos es tan importante como
la presencia de otro ser humano, especialmente si éste ha recibido algo de
educación en duelo
2. Es preciso
desligar nuestro amor de la presencia física de lo que amamos. En el momento en
que nuestro amor no depende de una presencia, trascendemos, damos un paso más
en nuestro acercamiento al verdadero amor (y esto, ya de por sí, tiene un
efecto analgésico). Debemos amar a nuestros seres queridos más allá de su
presencia física, es decir, amarlos sin la necesidad de tener que verlos.
3. Cuando era
joven, aprendí que sólo había una cosa obligatoria: la muerte. Fui
madurando y aprendí que también había otra cosa obligatoria: pagar impuestos.
Hoy, siendo un hombre maduro, he aprendido que también hay una tercera cosa
obligatoria: tener pérdidas, perder seres queridos. De tres cosas obligatorias
en la vida, dos de ellas están relacionadas con la muerte... y seguimos sin
querer saber nada de ella. Dado lo inevitable de la muerte, la educación en
duelo DEBERIA ser obligatoria.
4. Los buenos
recuerdos se atesoran, los malos recuerdos se deben sanar. Entre las
estrategias útiles para sanar los malos recuerdos se incluyen: "poner los
buenos recuerdos encima", replantearlos (re-estructurarlos), perdonar,
identificar, ventilar y estar en contacto con ellos; si a eso le añadimos
-cuando puede darse- un ritual, la efectividad de la estrategia será mayor. Por
otra parte, el proceso de atesoramiento implica sanación interior.
5. A veces no solo
enterramos o cremamos físicamente a nuestros muertos, sino que también lo
hacemos emocionalmente: les ponemos allí, en nuestro corazón, en un lugar
lejano del mismo donde no "molesten" (duelan) mucho, de forma que si
surgen, les frenamos para que el dolor no sea tanto. Hay que rescatar a
nuestros muertos de su muerte y "desenterrarlos" emocionalmente. Es
parte esencial del proceso de sanación.
CONDICIONES FAVORABLES PARA UN
DUELO SANO
1.
Información
2.
Compañía
3.
Conversación
¿Qué hacer después de la emergencia?
1. Información
Es decir, educación en duelo: qué es el duelo, cómo se presenta, qué me
puede pasar, qué puedo hacer, qué pueden hacer otros por mi, etc.). Debemos
recordar que una situación será tanto más angustiante cuanto más la
desconozcamos. Se trata de la primera de las tareas del duelo.
2. Compañía
Mi entorno familiar y social inmediato como interlocutores de mi dolor,
que conozcan tanto del duelo como yo, llenos de paciencia y que sepan
acompañarme y escucharme.
3. Conversación
Una de mis tareas más importantes es el hablar, hablar y hablar de mi ser
querido, del dolor, de lo que le acompaña, de mis angustias, del colapso de mi
futuro, de mi rabia y de mi desesperación.
PRIMER PRINCIPIO EN DUELO
1.
Sólo yo se el
dolor que yo siento, sólo yo se qué es lo que me sirve o no me sirve (aunque,
ciertamente, nunca sobra consultar a un ESPECIALISTA en duelo).
SEGUNDO PRINCIPIO EN DUELO
Lo que no sirve, estorba (es decir, evitar todo aquello que entorpezca el
desarrollo del trabajo del duelo).
En
ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es total: es un
dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele
la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros) y
espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el
presente y especialmente el futuro.Toda la
vida, en su conjunto, duele
EN LOS NIÑOS
Cuando
la muerte toca a la familia trae dolor, llanto, angustia, depresión,
desasosiego, sentimientos que quizá con el pasar del tiempo se vayan calmando;
pero cuando la muerte toca directamente a un niño, es un episodio que deberá ir
de la mano de especialistas para ayudarle a elaborar el duelo.
El duelo es un acto casi
obligatorio para las personas que han sufrido una pérdida, es un paso necesario
para sobrellevar esa amarga experiencia. En muchos casos es inevitable que la
persona afectada lo realice con un tratamiento psicológico. Para otras será
mejor hacerlo solos o con su familia, que deberá ser el mayor soporte en
dicha etapa.
Jorge
Ignacio Montoya Carrasquilla es médico gerontopsiquiatra, desde hace 11 años,
es el director de la Unidad de Duelo de Funeraria San Vicente en Medellín,
Colombia, y se ha dedicado por completo al estudio del duelo. Con sus amplios
conociminetos asegura que para atravesar esta experiencia el primer y más
importante grupo de duelo es la familia quien debe estar muy bien asesorada por
especialistas en duelo. No obstante, si no se cuenta con este recurso, habrá
que recurrir a una unidad de duelo local. El colegio es otro grupo de
gran importancia en la recuperación de los niños, sin embargo asegura
Montoya que es muy lamentable que no saben ni están preparados para la atención
de niños en duelo.
Los padres o personas que quedan
a cargo de los menores afectados, deberán informarse, leer y consultar a
especialistas en duelo de niños, no debe ser cualquiera. Con esto podrán entender
y sabrán como hacer que los niños expresen su dolor, angustia y tristeza; pues
crear un clima donde el niño se sienta comprendido y seguro para expresarse es
un elemento fundamental.
Tareas del duelo en la infancia
- Lo primero que debe hacer el menor cuando conoce la pérdida es encontrar un adulto comprensivo, protector y consolador.
- Aprender a identificar (poner nombre) y manejar sus emociones: identificar, enfrentar y tratar el dolor psicológico y los otros síntomas y signos que acompañan al conocimiento de la pérdida.
- Confirmar y reafirmar su concepto actual de muerte.
- Aceptar y reelaborar la pérdida y la lucha.
- Aprender a vivir sin el ser querido muerto: formar una nueva relación sin excesivo temor a la pérdida y sin la constante necesidad de comparar la nueva relación con la vieja y formar una nueva con el muerto que evolucionará con el tiempo y que llegará a ser una presencia interna mantenida para el niño.
- Ser capaz de luchar con el resurgimiento de las emociones dolorosas en cada transición, pérdida o problema.
- Reasumir sus actividades de la vida diaria y sus metas del desarrollo.
La historia de Juan David
Juan David Ramírez tiene 12 años. Perdió a su hermano mayor hace casi un año, en un accidente de tránsito. Fueron momentos que jamás quisiera recordar ni él ni su madre, Edith Giraldo.
Él y su hermano eran muy amigos, a pesar de la diferencia de edades, se mantenían juntos, compartían juegos, tiempo y la habitación. Todo el tiempo después de la muerte fue muy duro, no era capaz de dormir solo, lloraba recordando las canciones que a su hermano le gustaban, el silencio era su mejor aliado y escribía oraciones para su hermano.
Su madre vio la importancia de buscar ayuda profesional para que le ayudaran en la elaboración del duelo, y no dudó en buscarle una cita con el psicólogo del colegio. Aunque ya terminó el tratamiento, Edith asegura que aún le falta terminar el duelo, porque todavía lo recuerda con nostalgia, es muy callado y no acepta que se escuche cierto tipo de música.
Pero para el médico Montoya, en el proceso del duelo lo más importante es sentir, y esto sólo se conseguirá si los adultos o personas que cuidan al pequeño permiten que lo haga. La paciencia, compañía y diálogo son algunos elementos importantes para pasar el duelo.
Algunos consejos para ayudar a un niño a recuperarse de su dolor son:
·
Dedíquele tiempo.
·
Permanezca a su lado.
·
Deja que los demás le ayuden.
·
Abandone las ideas preconcebidas.
·
Dele la oportunidad de expresarse.
·
Anímelo a hacer alguna actividad física.
·
Lean un libro juntos.
·
Recurra a una escuela de padres o grupo de ayuda
mutua.
· Sea consciente de cuando buscar ayuda profesional.