EL DUELO EN LOS NIÑOS
LA PÉRDIDA DEL PADRE O DE LA MADRE
En el
Diccionario de la Real Academia Española, el vocablo “duelo” tiene tres
acepciones:
1. Dolor,
lástima, aflicción o sentimiento, 2. Demostraciones que se hacen para
manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien y 3. Reunión de
parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción
del cadáver al cementerio o a los funerales.
A nosotros nos
interesa ahora las dos primeras acepciones y hablamos de duelo al referirnos a la
reacción de una persona ante la muerte de un ser querido. Nos referimos al
conjunto de fenómenos que los seres humanos manifestamos en los ámbitos
psicológico, biológico y social tras una pérdida afectiva. El duelo consiste en
un proceso adaptativo, es decir, que “se va elaborando”.
Se trata de uno
de los acontecimientos más estresantes en la vida de una persona y cada
individuo necesita un tiempo variable para la recuperación. Cuando no se tienen
los recursos suficientes para afrontar la pérdida se entra en el terreno del
“duelo complicado” y se necesita una atención psicológica especializada.
Los factores que
predisponen a un duelo complicado son de diversa índole: 1. Relacionales (de dependencia,
de conflictividad con aparición de autorreproches, etc), 2. Circunstanciales
(juventud del fallecido, muerte súbita, muerte incierta por desaparición, etc),
3. Personales (más complicado en el varón, problemas previos de salud física o
mental, duelos anteriores no resueltos, etc) y 4. Sociales (ausencia de apoyo
social o familiar, nivel socioeconómico bajo, etc).
Un caso especial
de riesgo para un duelo complicado es el de los niños y adolescentes que
pierden al padre o a la madre (1). Es éste un tema tan importante que ya tiene
975.000 entradas en Internet, aunque todavía son pocos los estudios rigurosos y
bien diseñados.
La edad en la
que se puede empezar a hablar de duelo suscita muchas controversias entre los distintos
autores, desde los que niegan su existencia antes de la adolescencia (una
minoría) hasta los que observan manifestaciones de duelo a partir de los seis
meses de vida. A partir de esta edad puede decirse que el niño experimenta la
angustia de la separación cuando la madre está ausente.
Nota
El presente documento está orientado a aquellos que brindan asistencia a niños y adolescentes que han perdido a un ser querido o aquellos que cuidan la salud mental de personas en condición de vulnerabilidad como es la pérdida de un ser significativo en la vida del ser humano. Contiene una serie de aportes y sugerencias especializadas a ser tomadas en cuenta.
Es un referente para los familiares de niños y adolescentes que estén atravesando esta situación tan dolorosa y como tal les proporciona una guía para buscar en un determinado momento, mejor si es de manera inmediata, asistencia psicológica especializada.
A continuación le registramos el enlace en el cual está el documental completo para que lo tomen en cuenta:
http://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/manuales/duelo/duelo11.pdf
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