miércoles, 16 de abril de 2014

LA PÉRDIDA DEL PADRE O DE LA MADRE


EL DUELO EN LOS NIÑOS

LA PÉRDIDA DEL PADRE O DE LA MADRE



En el Diccionario de la Real Academia Española, el vocablo “duelo” tiene tres acepciones:

1. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento, 2. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien y 3. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cementerio o a los funerales.

A nosotros nos interesa ahora las dos primeras acepciones y hablamos de duelo al referirnos a la reacción de una persona ante la muerte de un ser querido. Nos referimos al conjunto de fenómenos que los seres humanos manifestamos en los ámbitos psicológico, biológico y social tras una pérdida afectiva. El duelo consiste en un proceso adaptativo, es decir, que “se va elaborando”.

Se trata de uno de los acontecimientos más estresantes en la vida de una persona y cada individuo necesita un tiempo variable para la recuperación. Cuando no se tienen los recursos suficientes para afrontar la pérdida se entra en el terreno del “duelo complicado” y se necesita una atención psicológica especializada.

Los factores que predisponen a un duelo complicado son de diversa índole: 1. Relacionales (de dependencia, de conflictividad con aparición de autorreproches, etc), 2. Circunstanciales (juventud del fallecido, muerte súbita, muerte incierta por desaparición, etc), 3. Personales (más complicado en el varón, problemas previos de salud física o mental, duelos anteriores no resueltos, etc) y 4. Sociales (ausencia de apoyo social o familiar, nivel socioeconómico bajo, etc).

Un caso especial de riesgo para un duelo complicado es el de los niños y adolescentes que pierden al padre o a la madre (1). Es éste un tema tan importante que ya tiene 975.000 entradas en Internet, aunque todavía son pocos los estudios rigurosos y bien diseñados.


La edad en la que se puede empezar a hablar de duelo suscita muchas controversias entre los distintos autores, desde los que niegan su existencia antes de la adolescencia (una minoría) hasta los que observan manifestaciones de duelo a partir de los seis meses de vida. A partir de esta edad puede decirse que el niño experimenta la angustia de la separación cuando la madre está ausente.


Nota

El presente documento está orientado a aquellos que brindan asistencia a niños y adolescentes que han perdido a un ser querido o aquellos que cuidan la salud mental de personas en condición de vulnerabilidad como es la pérdida de un ser significativo en la vida del ser humano. Contiene una serie de aportes y sugerencias especializadas a ser tomadas en cuenta.

Es un referente para los familiares de niños y adolescentes que estén atravesando esta situación tan dolorosa y como tal les proporciona una guía para buscar en un determinado momento, mejor si es de manera inmediata, asistencia psicológica especializada.


A continuación le registramos el enlace en el cual está el documental completo para que lo tomen en cuenta:

http://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/manuales/duelo/duelo11.pdf


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